jueves, 29 de octubre de 2015

Orientaciones para la organización del ambiente y selección de recursos materiales de aprendizaje

Espacio flexible, materiales naturales y no estructurados

Crear espacios y ambientes donde se estimulen los sentidos es importante para el 

desarrollo apropiado de la infancia. El espacio educativo debe estar diseñado de manera tal que invite a descubrir, explorar y crear juegos que permitan a los niños y las niñas inventar e imaginar. Un ambiente y materiales que sugieren, pero que no determinan de antemano la acción. Se recomienda recolectar elementos naturales y no estructurados, tales como plantas, canastas de fibras naturales, arena de diversos tipos, tierra, barro, lodo, piedras y caracoles. Estos materiales son un gran estímulo para observar,explorar y tocar.




Presencia de la representación simbólica, lenguaje escrito y las artes visuales


El lenguaje escrito debe estar presente en el ambiente, a través de las múltiples rotulaciones, señalizaciones y etiquetas correspondientes a los materiales y las diferentes zonas de juego. Los niños y las niñas necesitan tener experiencias de primera mano acerca de la función del lenguaje, para la adquisición y uso del mismo tanto oral como escrito, de manera efectiva y placentera. Igualmente es importante estimular y tener presentes otras formas de representación simbólica, como imágenes, dibujos, pinturas, esculturas y modelados, entre otras, para contribuir a la formación de seres humanos creativos, de pensamiento flexible y comunicativo.





Sentido de la estética: el orden, la armonía y la  belleza


El espacio debe ser un lugar bien organizado donde la disposición adecuada del mobiliario y de los recursos favorezca el aprendizaje de los y las estudiantes. La forma en que están dispuestos los materiales puede invitar y provocar que los niños y las niñas se involucren con entusiasmo y motivación en las distintas experiencias formativas, tanto de manera individual como colectiva o, por el contrario, desmotivarlos/as e inhibirlos/as en su uso, por la manera poco atractiva en que se organizan y se dispone de ellos.



Fomento de la autonomía e independencia

El mobiliario debe permitir el movimiento de un lugar a otro sin temor a accidentes. Se recomienda el uso de estantería baja que permita mantener la visibilidad de los espacios, promoviendo la autonomía e independencia de los niños y de las niñas. Para esto es importante delimitar las zonas: biblioteca, artes, tecnología, construcción, dramatización, ciencia y juegos lógicos. Establecer claramente el orden y el lugar de cada material facilita la autonomía. Los materiales al alcance de los niños y de las niñas deben ser apropiados para su edad, y la forma de usarlos y de guardarlos debe quedar clara mediante el uso de  etiquetas y rótulos.




 Presencia de las producciones de los niños y de las niñas



Las producciones y materiales elaborados por los niños y las niñas enriquecen el ambiente. Ellos y ellas son el centro del proceso de enseñanza y de aprendizaje, razón por la que el espacio debe reflejar este valor. Exhibir las producciones de los propios niños y niñas manifiesta sus avances y nuevas experiencias en el tiempo, expresando el mensaje de que las mismas son valiosas y únicas









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